Asunción Domenech Landete

Asunción Domenech Landete

Los Castillos

Como vivían nuestros antepasados les crea a los más peques mucha curiosidad .






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El cuerpo

Los niños se sienten muy atraidos por conocer el cuerpo, les interesa lo más cercano para conocer después el resto.

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Pepa la muela
Pepa era una muela muy pequeña, que vivía acurrucadita y escondida en la boca de Jorge.
Nunca se había asomado, ni había sentido el placer de masticar. Esperaba ansiosa que llegase el momento de salir.
¡Llegó el momento tan esperado! ¡Jorge cumplió 6 años!
Pepa salió poquito a poquito, pero lo que allí vio no era lo que esperaba.
Había un colmillo puntiagudo y enfadado. Dos muelas sucias y medio rotas. Otra, la que estaba a su lado, parecía un volcán con un agujero enorme, y encima olía mal.
De pronto se abrió la boca, Pepa quiso ver el exterior, pero imposible, porque inmediatamente entró una bola de caramelo, pegajosa, gigantesca.
Que sin que Pepa pudiera evitarlo se le empezó a pegar por todas partes, tenía un fuerte olor, y un color rosa tremendo. Todas las muelas y dientes luchaban contra la gran masa que se les pegaba. Pero era inútil, la lengua lo extendía todo, más y más. Mientras, Jorge no se daba cuenta de nada. Estaba tan contento saboreando su caramelo.
Al poco tiempo, Pepa se había llenado de unos bichitos horribles y de grandes colmillos que querían convertirla en su casa.
Los papás de Jorge le pedían que no comiese tantos caramelos y que se lavase los dientes. Pero Jorge no les hacía mucho caso.
En el colegio, le explicaron muchas cosas. Por ejemplo para que servían los dientes y porqué tenía que cuidarlos. Además, le dijeron cómo tenía que hacerlo. Era muy fácil: tenía que usar el cepillo de dientes para mantener los dientes limpios y no comer tantos dulces.
A partir de entonces, Jorge cuidó y disfrutó de sus dientes. ¡Con que gusto los frotaba cada mañana y cada noche! ¡Qué bien olía su boca! ¡Cómo brillaban sus dientes!
Pepa era feliz tenía lo que había soñado. Pronto empezaron a llegar nuevas muelas y dientes que como ella tendrían que estar en la boca de Jorge para siempre.
¡Juntos disfrutarían de la estupenda aventura que es vivir!