Pepa la muela
Pepa era una muela muy
pequeña, que vivía acurrucadita y escondida en la boca de Jorge.
Nunca se había
asomado, ni había sentido el placer de masticar. Esperaba ansiosa que llegase
el momento de salir.
¡Llegó el momento tan
esperado! ¡Jorge cumplió 6 años!
Pepa salió poquito a
poquito, pero lo que allí vio no era lo que esperaba.
Había un colmillo
puntiagudo y enfadado. Dos muelas sucias y medio rotas. Otra, la que estaba a
su lado, parecía un volcán con un agujero enorme, y encima olía mal.
De pronto se abrió la
boca, Pepa quiso ver el exterior, pero imposible, porque inmediatamente entró
una bola de caramelo, pegajosa, gigantesca.
Que sin que Pepa
pudiera evitarlo se le empezó a pegar por todas partes, tenía un fuerte olor, y
un color rosa tremendo. Todas las muelas y dientes luchaban contra la gran masa
que se les pegaba. Pero era inútil, la lengua lo extendía todo, más y más.
Mientras, Jorge no se daba cuenta de nada. Estaba tan contento saboreando su
caramelo.
Al
poco tiempo, Pepa se había llenado de unos bichitos horribles y de grandes
colmillos que querían convertirla en su casa.
Los
papás de Jorge le pedían que no comiese tantos caramelos y que se lavase los
dientes. Pero Jorge no les hacía mucho caso.
En
el colegio, le explicaron muchas cosas. Por ejemplo para que servían los dientes y
porqué tenía que cuidarlos. Además, le dijeron cómo tenía que hacerlo. Era muy fácil:
tenía que usar
el cepillo de dientes para mantener los dientes limpios y no comer tantos
dulces.
A
partir de entonces, Jorge cuidó y disfrutó de sus dientes. ¡Con que gusto los
frotaba cada mañana y cada noche! ¡Qué bien olía su boca! ¡Cómo brillaban sus
dientes!
Pepa
era feliz tenía lo que había soñado. Pronto empezaron a llegar nuevas muelas y
dientes que como ella tendrían que estar en la boca de Jorge para siempre.
¡Juntos
disfrutarían de la estupenda aventura que es vivir!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Respeta las normas del blog.